¿Qué está en juego en la elección de la Secretaría de la CIDH?
La decisión de Emilio Álvarez Icaza de no postular a un nuevo período como Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), abre la discusión sobre el perfil de la persona que deberá reemplazarlo a partir del próximo mes de agosto. El asunto es de gran trascendencia si se tiene en cuenta que este cargo es clave para la proyección del trabajo y el desarrollo de la agenda de la CIDH.
La Comisión ha sido fundamental para garantizar derechos en situaciones graves de violencia, desigualdad y erosión de la institucionalidad democrática en el continente. Basta recordar su trabajo en la búsqueda de justicia frente a las graves violaciones de derechos humanos, cometidas durante el Gobierno de Fujimori; sus aportes a la verdad y la justicia, en el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa; su respuesta al golpe de Estado en Honduras; a Guantánamo; y a la violencia contra personas LGTBI en toda la región, entre otras muchas realidades.
Este proceso de selección constituirá una prueba de fuego para una Comisión recién renovada -cuatro de sus siete miembros iniciaron su mandato en enero de 2015-, a la que le toca asumir una ardua tarea. Si el proceso replica las dinámicas que se han dado en los últimos años, es posible augurar presiones destinadas a limar la autonomía del órgano de protección en su decisión. Afortunadamente, los procesos anteriores han dejado el legado de un Reglamento que ha puesto el listón muy alto para los potenciales candidatos y que establece un proceso de selección abierto y transparente. El proceso culmina con la presentación del nombre de la persona seleccionada a la Secretaría General de la OEA para su designación. Para leer el artículo entero, haga clic aquí.
Originalmente publicado en El País de España.